domingo, 22 de febrero de 2009

Bebe una cerveza y dibújame los labios con la espuma que te sobre. Hazlo como quieras, pero consigue que sólo sea necesario tu nombre, ni siquiera tu presencia, para reventarme a hostias por dentro. Tatúame con los dientes, quédate con mi piel para siempre. Fúmate un cigarrillo, traga el humo y vacía tus pulmones en mi boca. Mírame, helada, despeinada y sonriente, con los ojos brillantes y las pestañas escarchadas . Atrapa mi cuerpo y lánzame sobre una pared con tanta fueza que oigas crujir cada uno de mis huesos. Toma mi mano, enlaza tus dedos con los míos y estámpanos sobre esa pared, donde sólo sean ellas, nuestras manos, las que no se muevan.

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